La Casa del Procurador es una antigua finca de labor de finales del siglo XIX.  Conserva   todo el encanto de la época con muebles y decoración de estilo rústico que proporcionan un aire romántico. Las antiguas cuadras han sido  rehabilitadas y convertidas en cinco habitaciones dobles en las que para dar mayor privacidad y comodidad , se han destinado unos metros para dotarlas de un pequeño servicio con ducha, respetando la original estructura de lo que eran los antiguos establos y almacenes.